La UD Almería reparte ilusión entre los niños y niñas del Hospital Torrecárdenas
Fernando, De la Hoz, Melero, Sousa, Anita París y Sara han estado en el área materno-infantil para entregar todo tipo de regalos
Los jugadores y jugadoras del Almería han visitado este lunes el Hospital Universitario Torrecárdenas, más concretamente, las áreas de pediatría, oncología y salud mental, situadas en el materno-infantil del complejo para entregar todo tipo de regalos a los niños y niñas internados en este centro hospitalario. Un acto emotivo y entrañable que cada año, en vísperas de las fiestas navideñas, lleva a cabo el club rojiblanco. Los capitanes del primer equipo, Fernando y César de la Hoz; Gonzalo Melero y Dyego Sousa, así como Sara y Anita París fueron los representantes de la entidad.
Sin duda, este será un día difícil de olvidar para todos los que han recibido regalos por parte de los futbolistas del primer equipo y del femenino. Todo eran sonrisas y felicidad al paso de los jugadores por los pasillos; muchos aguardaban impacientes en las puertas de las habitaciones esperando que llegaran los representantes rojiblancos. Los niños y niñas han disfrutado de este acto emotivo y se han olvidado, aunque haya sido por una mañana, de sus respectivas enfermedades. Mochilas, altavoces, peluches, juguetes, bufandas, camisetas… son solo algunos de los regalos que se han llevado los pacientes del materno-infantil. Además, este año ha sido más especial que otros, ya que el club rojiblanco llevaba dos años sin poder acudir por el COVID-19.
Este lunes, 19 de diciembre, ha sido un día de felicidad, emoción y alegría en el hospital materno-infantil de Torrecárdenas. Mayores y niños no eran capaces de contener la alegría y, en algunos casos, la emoción de tener en la habitación a sus ídolos. Seguro que en el complejo hospitalario será una mañana difícil de olvidar, no solo para los pacientes y familiares, sino también para todos los trabajadores de las respectivas áreas que han visitado los rojiblancos, en los que se podía apreciar unas caras de felicidad que no se han borrado durante todo el acto.