3-1: Imposible ganar a domicilio
El Almería hace un buen partido en el Nuevo Los Cármenes, pero se marcha derrotado y perdiendo opciones de ascenso. Cuando mejor estaba y el resultado era de 1-1, en seis minutos se fue todo al trate
Ganar a domicilio se ha convertido en un imposible para la UD Almería, que por unas cosas u otras se le están "atragantando" los partidos como visitante, y además de que manera porque la de Granada es la cuarta derrota fuera de esta segunda vuelta, con lo que ello supone porque las opciones de luchar por el ascenso se están complicando. En el Nuevo Los Cármenes el conjunto almeriense hizo un buen partido; sí, jugó bien y cuando mejor estaba tras empatar el encuentro, en sólo seis minutos todo se fue al traste. En Albacete se estuvo mal; en La Coruña, igual; en Burgos, también, pero en Granada, no, y de iugal forma se perdió.
Rubi puso en liza un once muy parecido al que la pasada jornada venció al Levante. De hecho el único cambio fue el de dar entrada a Leo Baptistao por Arnau Puigmal, situándose el brasileño más por el centro con Luis Suárez. El plan de partido previsto se vino abajo cuando en el minuto 9 el Granada se adelantaba en el marcador por medio de un penalti que transformaba Lucas Boyé. Las cosas se complicaban en un encuentro de suma importancia para las aspiraciones almerienses. A pesar del mazazo, el conjunto de Rubi tuvo más el balón, llevaba la iniciativa y llegaba arriba con buenas circulaciones. Sin embargo no lograba culminar sus acciones y ello catapultaba en ataque a los locales con rápidas transiciones. Fue un primer tiempo muy intenso, con alternativas por momentos, y con mayor dominio indálico en otras fases, aunque faltando definición a pesar de los continuos intentos.
El segundo período no pudo comenzar mejor porque antes de cumplirse el primer minuto de juego, Melero, dentro del área, culminaba una brillante jugada que se iniciaba por la derecha. El Almería había salido dispuesto a remontar la confrontación y lo demostraba. Hacía buen fútbol, con argumentos e intensidad; controlaba todos los aspectos del encuentro y marcaba el ritmo a su antojo. Leo Baptistao, en el minuto 51, y Luis Suárez en el 56, tuvieron dos clarísimas ocasiones de gol, pero Mariño, portero del Granada, evitó que el Almería se adelantara en el marcador con sendas intervenciones espectaculares.
Sin embargo todo cambió en sólo seis minutos, y además de qué manera. En el 78 Gonzalo Villar, desde fuera del área, mandó un obús que suponía el 2-1 y la euforia en el Nuevo Los Cármenes. El Granada se venía arriba y el Almería encajaba el golpe. Poco después, en el 84, Miguel Rubio cabeceaba dentro del área un falta lateral lanzada por Trigueros. El partido quedaba sentenciado.













































