1-1: Qué poco faltó para volver a ganar
El Almería amplía a seis las jornadas que lleva sin vencer, pero en Gijón compitió bien y mereció los tres puntos. Kaiky fue expulsado en el minuto 84, y en el 90 Luis Suárez tuvo la sentencia
El Almería sigue sin ganar; son ya seis las jornadas consecutivas si vencer, aunque el empate logrado frente al Real Sporting en el estadio de El Molinón-Enrique Castro "Quini" hay que valorarlo de forma positiva pese a ser insuficiente para las aspiraciones rojiblancas. Tras dos derrotas en Albacete y La Coruña, en Gijón sí se compitió, se fue de menos a más y se mereció el triunfo. Luis Suárez puso el 0-1 poco antes de descanso, luego empataron los locales de penalti, Kaiky fue expulsado en el 81, y en el 90 el colombiano tuvo la sentencia. Si este punto se hace bueno contra el Málaga la botella estará medio llena.
Después de cinco jornadas consecutivas sin ganar y de haber encajado cinco goles en las dos últimas salidas, Rubi optó por hacerse fuerte atrás y crecer desde esa seguridad que no había tenido el equipo. El técnico puso en liza un 4-1-4-1 con novedades importantes. Radovanovic formó el centro de la zaga con Edgar, y en el lateral zurdo se situó Bruno Langa teniendo por delante a Alex Centelles. Entre la defensa y el centro del campo, Kaiky, reforzando una zona que no tuvo lagunas. Esa función del brasileño y la presencia de Lopy, que regresó al once, daba más opciones a Robertone en ataque. El Sporting, que estaba obligado a ir a por todas para intentar aspirar a los puestos de privilegio, salió muy fuerte, pero el Almería le supo mantener a raya con un buen trabajo defensivo.
En cualquier caso a medida que pasaban los minutos los locales intensificaban su dominio y generaban mayor peligro, haciendo sufrir a un conjunto indálico que seguía fuerte atrás, aunque sin poder impedir las continuas acometidas de su adversario. Los de Rubi supieron aguantar y encajaban bien los golpes de los asturianos, utilizando un símil boxístico. El Almería salió de las cuerdas y comenzó a mostrar sus armas en ataque. En el minuto 24 Robertone lanzó al larguero y en el 29 un centro del argentino lo remató en el segundo palo Luis Suárez, sacando el balón desde la misma línea de gol el meta del Real Sporting. Había esperado su momento y lo aprovechó el Almería, que en el 43 marcaba el 0-1. Robertone presionó al portero en un alarde de casta y coraje, la pelota quedó suelta en el área y Luis Suárez, muy oportuno, mandaba el esférico al fondo de las mallas. Con este resultado se llegaba al descanso.
En la continuación fue el Almería el que salió con decisión y marcando su territorio poniendo de manifiesto su potencial. De hecho no pasaba apuros atrás, tenía más el balón y generaba peligro con sus acciones en ataque, realizadas con criterio. El equipo estaba asentado y sobrio sobre el terreno de juego, sin embargo en el minuto 59 Caicedo empataba de penalti cometido por Kaiky sobre Dubasin. 1-1 cuando mejores estaban los indálicos, pero se vieron sorprendidos en esa acción ofensiva del atacante del Sporting.
La situación, obviamente, cambió; los asturianos con el apoyo de su afición (20.000 espectadores en El Molinón) se vinieron arriba y el Almería de nuevo tenía que emplearse a fondo en defensa, aunque no quería echar por tierra todo el trabajo realizado. Los rojiblancos (de amarillo en Gijón) confiaron en sus posibilidades, en el fútbol que les llevó a liderar la clasifición y si las alternativas se sucedían, las ocasiones más claras eran de la formación almeriense. En el minuto 66 Kaiky mandó a la madera un remate tras una falta sacada por Centelles, y en el 73 se le anulaba un gol a Pozo, que acaba de salir al campo, por fuera de juego previo de Luis Suárez. Cualquier cosa podía pasar porque los dos conjuntos querían ganar.
En el minuto 81 el colegiado, en una decisión polémica, expulsó a Kaiky con la segunda tarjeta amarilla en una jugada delante de él que dejó seguir sin pitar nada, pero el cuarto árbitro le advirtió de una falta y amonestación. El Almería se quedaba en inferioridad numérica con lo que ello suponía por lo que había que dar por bueno el empate, aunque Luis Suárez, en el 90, pudo sentenciar. Una lástima.












































