1-0: El Almería apretó los dientes hasta el final
Victoria pírrica construida desde lo colectivo. Chirino anota el gol de un triunfo que eleva a seis las jornadas sin perder. El equipo, instalado en la zona alta de la tabla
El Almería consigue vencer por la mínima al Castellón con un gol del ex orellut Chirino en la segunda mitad y eleva a seis -cuatro victorias más dos empates- el número de jornadas sumando en LALIGAHYPERMOTION. Un partido vibrante, con un ritmo impropio de la categoría y con un resultado ciertamente engañoso a tenor de las ocasiones que generaron ambos contrincantes. Los rojiblancos rinden homenaje a la frase de Johann Wolfgang Goethe: "La ventaja se la lleva aquel que aprovecha su momento".
Se acumula desgaste y se amontonan tres partidos en siete días. Además de los contratiempos de última hora con Baba y las bajas que arrastraba el equipo, Rubi dibujó un nuevo cuadro. Dzódic -elegante, vistoso y práctico- ocupó la medular mientras que Soko ocupó la punta de lanza con Baptistao volviendo a los orígenes en banda. Regresó Muñoz en la izquierda tras sanción. Muchos cambios y sin embargo idéntico rendimiento. En esta clase todos los alumnos quieren buenas notas.
El primer tiempo pasó volando. Literal. Los dos equipos salieron de la misma forma. Sin rehuir el cuerpo a cuerpo, tomando riesgos en la elaboración y apostando por un tempo acelerado. Echaba fuego la pelota sobre el césped del UDA Stadium; de haber existido un rádar en el campo, el balón hubiera salido difuso en las fotografías pertinentes. Fue el equipo rojiblanco el único que en este primer acto amenazó la portería contraria con dos ocasiones casi consecutivas. Chirino, en el minuto 18, se inventó la primera de las mil jugadas que generó en la banda derecha para pisar área y servir un pase de la muerte que Arribas no logró teledirigir por un palmo. Cuatro minutos después, Bonini lanzó un pase de veinte metros al mismo protagonista que tras acomodarse la pelota a su pierna izquierda volvió a mandarla fuera de la portería desde la media luna.
Los visitantes decidieron replicar en lugar de recular. Y antes del treinta de juego Barri probó a Andrés Fernández desde media distancia. El guardameta rojiblanco, aún no lo sabíamos, tenía la noche inspirada y este primer remate lo solventó de puños.
Así transcurrió el primer tiempo. Lleno de intenciones y falto de acierto. Pisaba área el equipo de Rubi pero nunca con la claridad suficiente ni la decisión oportuna. Generó amenaza, con carreras constantes de Patrick Soko al espacio y volcando los ataques una y otra vez por el flanco del incombustible Chirino. Un centro del campo saltándose las normas de fijar y guardar la zona para romper líneas enemigas y dos centrales, Bonini y Monte, como ejes centrales del juego defensivo.
El descanso enfrió el descaro de los equipos y el espacio menguó; fue el CD Castellón, esta vez, el primero en merecer con los mismos protagonistas e idéntico desenlace que en el primer tiempo. Barri, pisando el perímetro del área por el carril central, fusiló a un Andrés Fernández cuyo chaleco antibalas evitó la ventaja rival en el minuto 54. Extraordinario cacheteo del guardameta al zigzag que marcó el balón en la trayectoria y, extraordinaria decisión del portero, la de no vencerse al suelo y aguantar de pie. Un suspiro después, Chirino levantó el estadio.
Antes de la hora de juego el lateral se vistió de Harry Houdini; escapó de dos rivales en zona de tres cuartos y lanzó a su derecha el balón donde Arnau, recién ingresado al campo, envió la pelota dentro del área a un Arribas que no logró controlar. Mientras la jugada parecía destinada al olvido, Chirino le aplicó los primeros auxilios. Sin ángulo y con un disparo seco logró sortear todas las medias que se cruzaron por el camino para acunarla dentro de la portería rival, la que había sido suya la temporada pasada. Un gol importante, oportuno y que redondeaba el maravilloso partido de un lateral que marcaba la diferencia.
El resto del partido se desarrolló con los dos equipos tirando de una cuerda que no volvió a romperse. Escaramuzas aisladas y un Almería sobrio, seguro y confiado en dejar por primera vez su portería a cero en casa. Así fue y el equipo de Rubi logra encadenar una racha notable de resultados con 14 puntos sumados de los 18 puntos que han estado en juego; el técnico, en septiembre, anticipó que octubre suele ser fértil para sus equipos y ha cumplido su palabra con un mes inmaculado.