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Un día en la concentración del Almería en Bangkok

Cada jornada comienza muy pronto, a las 6,30 de la mañana. Desde ese momento, la actividad es intensa en el stage rojiblanco

La rutina en Bangkok empieza para la expedición de la Unión Deportiva Almería a las 6:30 de la madrugada. La cita con el desayuno, en el moderno Prego Restaurant del Novotel Bangkok en que nos encontramos desde hace exactamente cinco días, está programada a las 7:00 a.m. y hay que llegar con adelanto si no se quiere tener atasco en la fila del café. Aquí los tailandeses, serviciales hasta decir basta, no parecen tener ningún tipo de prisa y hay que apretarles un poco para cumplir horarios. Y a estas horas en Tailandia, en España o en Pernambuco ‘mueres" por el café.

Las prisas llegan desde que terminas el desayuno. La hora prevista de partida hacia las instalaciones donde se entrena el Almería –una futura Ciudad Deportiva – son las 7:45 a.m. pero los fisioterapeutas (Fran Simón, Pedro Serrano y Quique Portaz) tienen que poner chapa y pintura –junto al médico Marcelo Bronzini) a los tocados antes de la sesión, Bernardo Hernández y ‘Juanico" Hernández preparar toda la logística del material –ropa, botas, balones, etc- y servidor los equipos técnicos para el envío de información a España. Mientras la 8ª planta es un hervidero de idas y venidas, en la 9ª no se escucha nada porque el cuerpo técnico (Francisco Rodríguez y Jaime Ramos) junto a su equipo Jesús Roche, Pepe Morales, Ángel Férez y Sergio Pardo ya lleva un rato sobre el césped para que todo esté listo. De que todo esté perfectamente sincronizado se encarga Jorge Díaz, el delegado del equipo, mientras que todos andamos las 24 horas del día escoltados por una seguridad privada que únicamente nos deja solos a la hora de dormir. No hay más de 5 minutos hasta llegar a la ‘oficina".

El entrenamiento se lleva como se puede porque hasta la fecha el calor cae a plomo. El primer día pagamos la novatada y Francisco tuvo que adelantar una hora las sesiones de trabajo porque la sensación térmica es insorportable. El césped está impecable y las sesiones de trabajo se prolongan en torno a los 80 minutos. Juan Carrillo y Luís Guillén, directivos rojiblancos, junto a Alfonso García pidieron una sombrilla de Coca-Cola porque césped mucho pero sombras ninguna.

 Los jugadores tras el entrenamiento atienden diariamente a todos los medios de comunicación que los requieren; siempre con su mejor sonrisa y conocedores de que, ellos, son los principales embajadores de las siglas LFP pero también de las de la UDA. Lo habitual es que entrenador, capitán y Teerasil sean el menú diario de las comparecencias.

Hasta la fecha, salvo algún día, la agenda de la World Challenge LFP tiene algún acto previsto antes de comer y la expedición se traslada en unas Vanettes muy curiosas. Aquí el Almería es muy importante y trepamos por el caos del tráfico de esta ciudad merced a la escolta policial. Sobrevivir a un solo desplazamiento en estas circunstancias ya es todo un milagro porque la locura invade el pavimento. Entre miles de coches que conducen por el sentido contrario, motoristas con dos, tres y hasta cuatro ocupantes sin casco y los adelantamientos inverosímiles sobrevive Bangkok. Dentro de estas furgonetas –eso sí- reina el buen rollo en una expedición que trata de entender una cultura y un país radicalmente distinto a España.

La comida es a las 13:30 y para un futbolista en régimen de concentración no varía en nada. Pasta, carne y pescado con fruta local y siempre en una disposición en la que todos los jugadores se miran de frente. Detalles de una experiencia que nunca están improvisados.

Mientras Bernardo y Juan se aclaran con la ropa sucia y el resto de material –con alguna follón que siempre es un clásico de ayer y de hoy- el departamento de comunicación trabaja con el uso horario local tanto de Tailandia como de España para que los medios locales dispongan de la mayor información posible, de la máxima calidad y con la mayor premura posible.