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¡Sí se puede!, ¡sí se puede!, ¡sí se puede!...

Los 7.000 aficionados que acudieron al Mediterráneo estuvieron en todo momento apoyando al equipo. Una vez terminado el partido los jugadores tuvieron que salir del vestuario y dirigirse al campo para saludar a los seguidores rojiblancos

Siete mil aficionados se dieron cita en el Estadio de los Juegos Mediterráneos para presenciar un partido muy importante para las aspiraciones del Almería. Quizá debieron ser más, muchos más, pero era día laborable y la hora un hándicap. En cualquier caso, los que fueron parecían ser más porque estuvieron en todo momento animando al equipo.

A la salida de los equipos hubo pancartas de apoyo, como una exhibida en fondo sur que parecía hacer presagiar lo que iba a ocurrir: "Lucharemos hasta el último minuto del último partido".

El equipo de Francisco tuvo en todo momento actitud y eso contagió a la grada. Si en determinados momentos esta paraba en su respaldo, los propios jugadores les hacian gestos con los brazos para que gritaran. Lo necesitaban, máxime con el gran esfuerzo que realizaron sobre el campo.

Tras el 3-2, los cánticos de ¡sí se puede!, ¡sí se puede!, ¡sí se puede!... fueron unánimes... y cuando Hicham hizo el 4-3, el estadio se vino abajo.

Los jugadores, una vez en vestuarios, tuvieron que volver al campo para saludar al público, viviéndose momentos muy emotivos.