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Primer Equipo

El trabajo intenso y frenético que no se ve dentro de un equipo de fútbol

Los técnicos hacen una labor de control y planificación; los servicios médicos asumen los aspectos físicos y los utilleros no paran con el material

Los equipos de fútbol, por dentro, se asemejan mucho a ese jardín en el que siempre hay cosas que hacer. No todo es regar sino que, también, hay que podar, planificar y armonizar. No existen demasiados tiempos muertos y la actividad es continúa e, incluso, frenética. Máxime los días de partidos amistosos donde, además de preparar los asuntos específicos del mismo también hay que pensar en la doble sesión de trabajo del día siguiente. Y en la del próximo. Y así hasta que el stage concluye, en este caso el próximo sábado.

La Cala Golf de Mijas (Málaga) reúne los ingredientes perfectos para una preparación idónea; el hotel donde los rojiblancos se hospedan desde el pasado lunes está situado lejos de la multitud y justo en mitad de varios campos de golf que, sumado a ese silencio continúo, aporta esa sensación tan característica del verde. Paz. Calma. Una atmósfera que hace que, lo que haces, lo hagas de verdad. En este mismo hotel se alojan sobre todo personas de otros países que más que hablar, susurran. Y en algún susuro se medio entiende que preguntan por el escudo de las camisetas. Piscina, gimnasio y varios salones reservados para una expedición que trata de aprovechar cada minuto de este periodo de la temporada tan incómodo pero a su vez tan determinante. Lo que hagas ahora tiene su repercusión durante la temporada.

Cumpleaños de Ramis

La noche del martes fue especial porque sirvió para que los nuevos dieran ese paso al frente que, cuando llegas a un lugar distinto, siempre intentas aplazar. El entrenador, Luis Ramis, después de decir unas palabras por su cumpleaños invitó a romper el hielo a los recién llegados para presentarse ante sus nuevos compañeros. Y ya lo saben: al jugador le gusta sobre todo hablar en el campo y no fuera del terreno de juego. No les fue sencillo porque el auditorio tampoco se lo puso fácil y, al final, las risas crearon cercanía. Lo dijo hace tiempo un futbolista que vistió de rojiblanco: "No es lo mismo meter la pierna durante un partido por alguien que viste como tú que hacerlo por un compañero o por un amigo". En las pretemporadas no solo se trata de aprender a jugar de memoria sino, también, a fortalecer el vestuario. Sembrar -por seguir con el asunto del jardín- para después recoger.

Lo que no se ve

¿Día libre el miércoles porque por la tarde hay partido?, para nada. Todo arranca a primerísima hora con un desayuno previo a la batalla del día a día. El cuerpo técnico liderado por Luis Miguel Ramis tiene una sala específica para reunirse con su gente de cara al partido ante el Sevilla Atlético y, también, sirve para continuar con lo que serán los entrenamientos del jueves. Las cargas de trabajo son de Miguel Ángel Fernández Cuadrado; los análisis de Iván Madroño Campos (esta vez, sí) y el asunto de las porterías de Ángel Férez. En todo, José Gil, ayudante de un entrenador que coordina y supervisa con máxima confianza el trabajo de sus ayudantes.

Al fondo del pasillo del ala este del hotel aparece una habitación siempre abierta; plagada de camillas, es el 'taller' de chapa y pintura por el que van pasando muchos jugadores para ponerse en mano de los fisioterapeutas de la expedición: Fran Simón, Enrique Portaz y Pedro Serrano. El entrenamiento invisible. Los que hacen magia para que el futbolista rinda al cien por cien. No falta tampoco el médico del Almería, Misael Rivas, que a las ocho y media de la mañana ya había revisado pesos habitación por habitación para el control diario de los futbolistas. José Manuel, el recuperador, atento a cualquier ayuda. 

Y justo al lado se encuentra el cuarto del material, controlado por los utilleros del Club; Bernardo Hernández custodia, María César Alcalá y su incombustible sonrisa organiza y Juan Ventaja faena. Mulipliquen los cuarenta y tantos que forman la expedición, con la ropa de calle, de entrenamiento y de partido que hay que disponer a diario, y háganse una idea del trabajo que acumulan.

El team manager del equipo, Jorge Díaz, armoniza todas esas pequeñas -imprescindibles- piezas del puzzle y el Gabinete de Comunicación se lo cuenta al aficionado que, a pesar de todo, ya tiene encendida la llama de la ilusión para que empiece una batalla que, otra vez juntos, se emprenderá en menos de un mes. También distribuye la información a los distintos medios de comunicación para que estén puntualmente informados, y a los propios medios del club. Ah, y Luís Guillén, consejero del Club y apoyo de todo un equipo que, más que nunca, es eso: equipo.

Esta es la intensa y frenética actividad en un día de concentración, pero que se repite a diario durante la pretemporada y la temporada oficial en sí. Es lo que no se ve ni se advierte.