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Crónica

2-1: El Almería pierde en siete minutos un partido que iba ganando en El Sadar

Fidel adelantó al conjunto almeriense en un brillante primer tiempo. En el segundo, Osasuna aprovechó las dos ocasiones que tuvo y remontó

El Almería perdió en siete minutos un partido que iba ganando frente a Osasuna en El Sadar, donde el conjunto almeriense tuvo la gran oportunidad de conseguir una victoria de prestigio ante uno de los más firmes candidatos al ascenso y en uno de los campos más complicados de la categoría. Nuestros representantes se adelantaron en el marcador en el minuto 22 por medio de Fidel y se marcharon al descanso con esa ventaja tras un brillante primer tiempo. En el segundo, en dos acciones puntuales, Osasuna aprovechó las ocasiones que tuvo para empatar en el 70 y remontar en el 77.

Luis Miguel Ramis, que siempre destaca el compromiso y el buen trabajo semanal de todos sus jugadores, ratificó estas palabras con los cambios que hizo en el once titular que puso en liza frente a Osasuna, ya que Owona y Tino Costa se estrenaron en la Liga desde el inicio, en un partido, sustituyendo a Joaquín y a Verza, respectivamente, teniendo como referencia la jornada anterior.

El entrenador del conjunto almeriense continuaba apostando por reforzar la línea medular y por poner sobre el campo una formación de “jugones”, de futbolistas de calidad con los Tino Costa, Rubén Alcaraz, Fidel, Pozo… buscando tener el balón y defender sus argumentos futbolísticos frente a un rival cuyo objetivo es retornar a Primera División y que venía de golear a domicilio al Rayo Vallecano.

El Almería sabía que iba a sufrir en El Sadar por el ímpetu y el potencial de Osasuna y también se puso el mono de trabajo. Como se preveía, los navarros tuvieron un inicio de encuentro muy intenso y en los primeros cinco minutos agobiaron a nuestros representantes con tres saques de esquina prácticamente consecutivos, en los que René tuvo un gran protagonismo con sus intervenciones.

Aunque Osasuna tenía el balón, el Almería estaba bien plantado, presionaba a su adversario y hacía un excelente trabajo defensivo. Buena prueba de ello es que los locales no tendrían oportunidades de gol. Pero el conjunto almeriense no estaba, ni mucho, echado atrás; al contrario, cada vez que se hacía con la pelota la jugaba con criterio y verticalidad, intento encontrar el momento oportuno para hacer daño.

… Y lo encontró en el minuto 22, en una jugada bien trenzada, de calidad, que culminó Fidel con el 0-1. Nano se internó por la izquierda, se apoyó en Pozo, centró, Pablo Caballero, en el punto de penalti, dejó pasar el balón para que lo controlara en el segundo palo Rubén Alcaraz, que vio el desmarque de Fidel, en el contrario, y lo asistió para adelantar al Almería en el marcador.

A partir de ese momento el equipo de Ramis siguió creciendo en el partido, tuvo más la posesión y mantuvo a raya a Osasuna. El trabajo de todos los jugadores era incansable, brillante. Aunque pozo tuvo una ocasión en el 39, se llegaba al descanso con un esperanzador 0-1.

René volvió a lucirse a los tres minutos de la reanudación ante Quique, y aunque los navarros dominaban en busca del empate, ese control era ficticio puesto que no hacían daño a un Almería que estaba impecable en defensa.

El conjunto almeriense no se veía, ni mucho menos, agobiado pese a la posesión del rival porque no ocurría nada en su área por la labor que desarrollaba de mucho trabajo y efectividad; sin embargo en ataque no tenía continuidad ni fluidez.

La situación parecía estar controlada, pero en siete minutos cambió todo de manera radical. En el 70 Quique se plantó en la frontal del área y marcó un golazo ante el que nada pudo hacer René. En el 77, un centro desde la izquierda del exrojiblanco no lo atajó René, el balón quedó suelto en el área y Sebastián Coris lo aprovechó para poner el 2-1 en el marcador de forma sorprendente e injusta.

El Almería intentó reaccionar y no irse de vacío de El Sadar porque realmente lo merecía. Sin embargo nuestros representantes no salían bien en ataque como lo hicieron en el primer tiempo y al final tenían que resignarse con una derrota cruel, inmerecida e injusta.