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Crónica

1-1: El Almería obtiene el justo premio al gran trabajo y a la fe que siempre tuvo

Empate de prestigio en el campo de uno de los grandes aspirantes al ascenso. Luis Rioja, en el 90, logró el gol que merecieron los rojiblancos

El Almería logró en La Rosaleda, frente al todo poderoso Málaga CF, un empate de prestigio y de mucho mérito que premió el gran trabajo y la fe que siempre tuvo el conjunto rojiblanco, que tras encajar en el minuto 12, tuvo capacidad de reacción y mucho carácter. De hecho trató de tú a su rival, dio la cara, compitió a un alto nivel, convirtió el segundo tiempo en un monólogo y al final, en el 90, consiguió lo que merecía. El tanto lo materializó Luis Rioja tras una gran acción personal.

Fran Fernández, entrenador de la UD Almería, puso en liza el once más habitual, el que ha venido repitiendo durante las últimas jornadas, aunque con una variación imprevista, la de Owona por Juan Ibiza, que aunque estuvo calentando finalmente no entró en el equipo debido a unas molestias que venía arrastrando. Con esta formación, el conjunto almeriense iba a intentar dar la sorpresa en La Rosaleda ante uno de los más firmes candidatos a subir a Primera División; de hecho los malagueños dormirían como líderes en caso de vencer. Un encuentro, por lo tanto, de la máxima exigencia y dificultad que se afrontaba, como decía el técnico almeriense en las vísperas, sabiendo que no había nada que perder y sí mucho, muchísimo, que ganar.

El Almería fue valiente y pese a tener delante un adversario de gran potencial, no especuló para nada. Aunque fue el Málaga el que tuvo más el balón de inicio y más llegada, los rojiblancos defendían bien y se mostraban verticales con la pelota. La confrontación era intensa y disputada.

Sin embargo, en una acción sin aparente peligro, los locales ponían el 1-0 en el marcador. Bare centraba desde la izquierda y Adrián, llegando desde atrás empalmaba al fondo de las mallas. Nuestros representantes se habían visto sorprendidos. A pesar de ello reaccionaron y siguieron compitiendo bien y generando peligro. En el minuto 25 Juan Carlos Real lanzaba al poste y tras el rechace marcaba Álvaro Giménez, si bien estaba en fuera de juego.

Las alternativas se sucedían, los de Fran Fernández trataban de tú a los de Muñiz, daban la cara y lo daban todo, como ya nos tienen acostumbrados. En el 32 Renato tuvo el 2-0 en una falta que mandó a la cruceta, y en el 43 y 44 fue el Almería el que pudo empatar en sendas llegadas brillantes, rápidas y de criterio. En la primera de ellas Álvaro Gimenez pudo ser derribado cuando se disponía a rematar, y en la segunda Juan Carlos Real se topó con un bien de un defensor cuando el meta estaba prácticamente batido. ¡Lástima!

El segundo tiempo comenzó como acabó el primero, con un alto ritmo de juego por parte de los dos equipos, que buscaban la meta contraria. El partido estaba abierto, y en ese intercambio de golpes René estuvo brillante para evitar el gol.

En el minuto 58 Fran Fernández hacía un cambio ofensivo. Ponía en liza a Demirovic en sustitución de Romera. Corpas retrasaba su posición. Los rojiblancos ponían una marcha más aún en su afán de empatar. Presionaban muy arriba al rival y trataban de sorprenderle. En principio se habían hecho con el control y con la iniciativa, aunque no lograban llegar con claridad arriba pese al empuje. Por algo el Málaga es de los que menos encaja de la categoría.

En el minuto 72, nuevo cambio, Chema por Juan Carlos Real, en busca de darle mayor oxígeno al equipo por el gran desgaste del gallego, que además tenía una tarjeta amarilla. Y nada más salir el sevillano, puso un centro al que no llegaron, por muy poco, ni Owona ni Saveljich, éste delante del portero malacitano. El Almería tenía fe y merecía el gol. Y este pudo llegar en el 87 en un remate de Álvaro Giménez a centro de Corpas, que se fue fuera por muy poco. Pero finalmente llegó, en el 90, en una gran jugada personal de Luis Rioja. Era lo más justo al gran trabajo de la UD Almería, que incluso, un minuto después, tuvo una nueva y clara llegada al área que pudo haber terminado con el 1-2. Hubiera sido el apoteosis.